El victim blaming consiste en culpabilizar a la víctima de un delito afirmando que ésta es, en algún modo, responsable del mismo. Puede ser muy sutil, pero no por ello menos dañino para la víctima. Implica una inversión de la responsabilidad juzgando la conducta de la víctima, lo que hizo para favorecerlo o lo que no hizo por evitarlo.
Las víctimas son víctimas porque tienen el DERECHO a no ser agredidas y porque no son RESPONSABLES de la agresión.
El victim blaming puede llegar a ser incluso un comportamiento cultural. Un ejemplo sería la terrible práctica de la quema de los pechos de las niñas por parte de sus familias para impedir su desarrollo creyendo que así podrán protegerlas de los abusos sexuales. Esta práctica (que ONU Mujeres incluye dentro de los cinco crímenes de violencia sexual que contempla) tiene su origen en Camerún y es frecuente también en Nigeria, Sudáfrica y Guinea, pero una oleada de casos en Reino Unido está poniendo en alerta a las autoridades por el crecimiento alarmante de la cifra de adolescentes a las que sus propias familias (de origen africano) queman sus pechos. Así lo publicaba recientemente la prensa: Queman los pechos de sus hijas para «protegerlas» de los hombres en Reino Unido
En los países occidentales seguramente a nadie se le ocurría decir algo como “si hubieses tenido los pechos quemados seguramente no te habrían violado”, pero el mismo comentario en Camerún quizás sí que lo podríamos escuchar. No olvidemos que es un ritual cuyo objetivo es evitar que violen a las mujeres; por lo tanto, el no hacerlo, dirigiría la culpa hacia la mujer.
En nuestra sociedad escuchar algo así sería una aberración; sin embargo, ante una violación, toleramos comentarios como “ya pero….es que no se puede volver a esas horas sola por la calle”, “con esa falda tan corta parece que lo iba buscando”, “hay que tener más cuidado con los hombres con los que te relacionas”….Y no digamos, cuando se comenta el asesinato de una mujer por parte de su pareja o expareja; si PERO….” no había denunciado nunca”, “si le hubiese dejado antes”,” si hubiese pedido ayuda”,” si no hubiese permitido el primer golpe”….Esto es victim blaming, la culpa recae en la víctima, en lo que podía haber hecho para evitarlo y no hizo cuando la realidad es que la víctima ni es responsable, ni podía hacer nada para evitarlo.
Hay que poner fin a la injusticia de culpar a la víctima y colocar TODA la responsabilidad encima de quien corresponde; el agresor. Y una vez más hacemos hincapié en la responsabilidad que tenemos como sociedad de ser conscientes de esta realidad y cuidar lo que decimos en nuestro discurso cuando hablamos de las víctimas de violencia de género. “Su pareja la maltrata, la maltrató, la asesinó” si PERO….cuidado, todo lo que viene detrás del “pero” es fácil que acabe siendo victim blaming….
Natalia Massó de Pablo.
Presidenta y psicóloga de Generando Igualdad.