No es que la justicia no sea justa, es que simplemente no existe; ni está, ni se la espera. Así que cuando salga a la calle una mañana, una tarde, una noche cualquiera y por caminar sola, o quizás porque mi falda sea excesivamente corta, o porque me haya tomado algunas copas o, sencillamente,… Seguir leyendo El día en el que todas fuimos juzgadas