Cada día era una oportunidad que queríamos exprimir al máximo; cada sesión del taller un reencuentro con capítulos de su vida que asomaban tímidos, y a los que hasta hacía poco habían dado la espalda por miedo a que los recuerdos tiñeran de oscuridad el presente al que se habían aferrado para salir adelante.
Sentir la valentía suficiente para gritarle al mundo ésta soy yo, aquí y ahora. ¡Por fin! el reflejo de mi espejo me devuelve a la realidad; ¡por fin! me veo. Ya no me oculto. He dejado de ser invisible, también para mí misma.
Y es que para volver a vivir, era necesario que soltaran aquel lastre que un día anidó en sus adentros. La rabia, el resentimiento, el rencor y la culpa… No se puede volver a la vida siendo esclava de estas cadenas.
Así, aquel 17 de julio de 2013, nació Soltando lastre. Porque todos los martes volvíamos a la vida haciendo canciones.
Su letra nos acompaña siempre:
Cerca del mar, lejos del sol, mira, en alguna parte. Dentro de mí, fuera de ti, siento que soltando lastre puedo comenzar a vivir y soñar, tan distinta y feliz como me quiera inventar, sin dejar que me habite el rencor, que mis horas sean negras. Para seguir, para cantar, para hacerme yo posible, nunca me dejé de buscar y de luchar contra mi cobardía queriendo escapar para no convertirme en quien no quiero ser, libertad, solo en ella me quiero enredar con los hilos del aire. Que no me valen sueños sin colores, que no tengo sueño de mi querer, que cada martes ahora hago canciones, que cada día me tengo más fe.
Hoy, queremos compartirla contigo:
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