Si alguien te dice que se siente mal, que no está de acuerdo contigo o que no comparte tu opinión, ¿qué se puede hacer?
- Preguntarle qué le ocurre, escuchar (de forma activa) e intentar ver dónde está el problema y si este tiene solución.
- Ignorarle.
- Despreciarle.
Si optamos por alguna de las dos últimas opciones, necesitaremos legitimar nuestro comportamiento para que no asome un atisbo de remordimientos ante tal hecho. Si eres hombre y estas delante de una mujer, puedes utilizar una idea que se transmite generación tras generación y que se basa en lo siguiente: “la mujer que inoportuna con su conversación es una histérica”.
A partir de aquí podrás moverte en un lugar muy cómodo, ya que no tendrás ninguna responsabilidad en cuanto a lo que vuestra relación supone. Si ella te hace alguna crítica, te da una respuesta inesperada o te marca un límite que tú no consideras, siempre podrás responder con “eres una exagerada”, “ya estas otra vez sacando todo de quicio”, “estás loca” o similares. Y podrás cruzarte de brazos. Ya no necesitarás escucharla ni pensar en si realmente hay un problema entre vosotros. Como táctica para no enfrentarte a las discrepancias naturales que surgen en cualquier tipo de relación está muy bien. Para tener una relación sana y madura con alguien, no.
Si quieres eso, la única opción válida es la primera. La de escuchar los argumentos de alguien que expresa un malestar. Si eres hombre y estas delante de una mujer, puedes utilizar la idea de “la mujer que dice que algo le molesta es una persona que dice que algo le molesta”. Desde esta óptica es muy probable que valores sus argumentos igual que los tuyos y desde esta óptica es probable que las discusiones sean abordables por ambas partes. No garantiza un final feliz, pero si una relación más empática basada en el respeto.
Mª del Mar Santos
Psicóloga Col. M-21678