Hoy, desde Generando Igualdad, queremos hablar de todas las promesas, conductas, etc. que realizan los maltratadores ante un intento desesperado de que las víctimas no rompan, les abandonen y sigan dentro de esa relación de violencia.
Muchas mujeres, durante las primeras sesiones de tratamiento, cuentan cómo sus maltratadores “hacen por cambiar”. Esto no dejan de ser falsas promesas o pasos para que las mujeres, que han intentado romper con sus agresores, regresen junto a ellos ante un inminente abandono. Este momento es de gran peligro para las mujeres ya que si acceden ante dichas promesas y vuelven, el agresor se siente reforzado y aprende qué es lo que tiene que hacer para que ellas vuelvan. Además, el agresor estará mucho más enfadado con la víctima y los sentimientos de venganza hacia ellas estarán muy presentes. En este momento las probabilidades de homicidio aumentan.
No te dejes seducir por promesas que no pueden cumplir.
Cuando las víctimas han conseguido ser capaces de dar pasos para salir de esa relación como abandonar el domicilio o incluso interponer una denuncia, el maltratador percibe que inician acciones para romper la situación de abuso, entonces comenzarán las promesas de supuesto cambio.
Acaba de comenzar un juego muy peligroso en el que si aceptan las normas estarán dándole argumentos para que no se sientan responsables de sus actos y creando expectativas de que cambiarán si modifican conductas que realmente no son la causa de que las maltraten.
No te golpea porque seas necia o inteligente, gorda o flaca…
TE GOLPEA POR SER MUJER
La trampa de las flores.
Todo tipo de regalos que no dejan de ser sobornos encaminados a que regresen. Se vuelven amables, seductores y durante un tiempo hacen todo aquello que no hacían habitualmente. Ellas vuelven a “recordar” aquellos momentos buenos que habían tenido al comienzo de la relación, recuerdan al que según ellas es el verdadero amor de su vida y no aquello en lo que se convirtió en los últimos tiempos. Esto, es un engaño. Realmente son los monstruos que han ido destrozándoles la vida.
La trampa de la sobriedad.
Muchas mujeres verbalizan “si deja de beber dejará de pegarme” por lo que ellos prometen, e incluso inician, tratamientos de desintoxicación haciéndoles creer que las agraden por culpa del alcohol. Esto no es cierto, el alcoholismo es una dependencia que no genera, por sí misma, violencia. Si un hombre es violento lo es bebiendo y no bebiendo, y si un hombre no es violento no lo será por beber.
La trampa del padre excelente.
Su actitud y comportamiento con los hijos cambia. Les atiende, quieren llamarlos y verlos constantemente, les hace regalos en un intento de manipulación. Hay que recordar que ser un buen padre es estar comprometido con la educación y el desarrollo de los hijos/as de una forma continua y equilibrada sin utilizar chantajes.
La trampa del tratamiento a maltratadores.
Algunos agresores inician tratamientos terapéuticos con el único fin de que las víctimas regresen. Además no dejan de realizar todo tipo de justificaciones a sus comportamientos violentos muy lejos de la realidad “tenía un mal día, problemas en el trabajo, una mala época, me has sacado de quicio,…” No olvidemos que tan sólo el 1% acude voluntariamente a terapias sin condiciones.
¡Éstas son las trampas y chantajes que le reforzará si lo consientes!
Cuando vosotras ya habéis dado los pasos para romper y salir de esa relación, todos los pasos siguientes que hay que seguir dando son y tienen que ser para vosotras. Lo que comienza en ese momento es una nueva vida en la que tú podrás tomar tus propias decisiones y en la que indudablemente hay muchísimas personas y recursos asistenciales que están ahí para ayudaros porque sí se puede; porque HAY SALIDA FRENTE A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.
María Ocete
Psicóloga de Generando Igualdad. M- 25419