Una de las cosas buenas que tiene la vida es que te enseña; lo malo es que, tal y como lo hace, en ocasiones, duele.
Sea como fuere, soy de las que piensan que cada enseñanza adquirida, de una u otra manera, es un paso hacia adelante y siento verdadera admiración hacia aquell@s que no se limitan a dar pasos, sino que en el camino dejan su huella.
Como las que deja Rafa Sánchez en cada proyecto que inicia; como huellas dejaron en él y en todos cada una de las personas que el pasado viernes 22 de enero llenaron el Café Libertad, y se subieron al escenario para cantarnos, para contarnos…
Poco antes de que dieran las diez de la noche, la luz de Chueca en Libertad 8 bajó de intensidad; llegaba el momento de vibrar con la fuerza y energía que sólo es capaz de proyectar aquel/aquella que ha salido reforzado de un, llamémosle tropiezo, el que provoca esa piedra del camino en la que finalmente llegará a mirarse sin reconocerse derrotad@…
Ese… ¡aquí estoy! y te lo grito si hace falta…nace de las segundas oportunidades y poder compartirlo en noches de concierto, con la música como nexo, un regalo.
Por recordar, tantos momentos…
Las palabras de homenaje de Julián Trillo dedicadas a quienes, tanto dentro como fuera de la PLAFHC (Plataforma de Afectados por Hepatitis C), luchan por la dignidad social, trabajan sin descanso para conseguir que se les dé acceso al tratamiento que puede salvar sus vidas; cuestión de Derechos Humanos…se dice pronto.
Como un torbellino, mezcla de fuerza y ganas de comerse el mundo, Amparo y Mariano subieron al escenario, como si de la extensión de las aceras y márgenes de las calles que les han acogido se tratara; porque no son invisibles, porque como decía, antes de que nos dejara, nuestro Toño, -parte del alma de Granito a Granito– “volver a tener música en el corazón” pese a la soledad, les hace sentirse vivos.
Como vivas están nuestras mujeres, las que dejaron atrás el pasado para recomponerse y con sus experiencias de vida en formato melodía de recuperación y supervivencia frente a la violencia de género animan a otras que están pasando por una situación similar. Ellas dijeron un día: “Bájate aquí, ya no es tu viaje. Tengo mil paisajes que quiero descubrir…” Y ¡vaya si lo están haciendo!
Y hasta hubo un cantacuento Maua Mazuri “Las bellas flores” en swahili.
Y vivimos risas…
Y se escaparon lágrimas…
Y llego el final…
Porque, las cosas buenas terminan…pero sólo para que otras mejores puedan empezar.
Montse Casasempere Ruiz
Vicepresidenta de Generando Igualdad.