Desde Generando Igualdad queremos hablar de un tipo de violencia que lamentablemente sigue pasando inadvertida, incluso en algunos casos es negada, pero que es devastadora para las víctimas. Nos referimos a la violencia sexual en el ámbito de la pareja que implica trato degradante del sexo y coacción para mantener relaciones sexuales contra la voluntad. En concreto vamos a hablar de la violación matrimonial.
Éste es el término que se usa para describir los actos sexuales sin consentimiento entre una mujer y su marido, ex marido o compañero sentimental. Es violación si éste usa la fuerza, amenazas o intimidación para someterla a cualquier acto sexual. Estamos, por tanto, ante un delito.
La violación por parte de alguien con quien comparte su vida deja unas profundas heridas psicológicas en las víctimas. No son sólo violadas sexualmente, sino que también, sus relaciones íntimas son violadas y traicionadas. Las víctimas de la violación matrimonial tienen que hacer frente a una profunda falta de confianza en sus compañeros, una aguda sensación de temor, falta de confianza en sí mismas y la arrolladora realidad de que los ataques sexuales pueden sucederse reiteradamente.
Existen muchas falsas creencias o mitos alrededor de este tema ya que de siempre se ha creído que la violación no se podía dar dentro del matrimonio puesto que mantener relaciones sexuales era una obligación conyugal. Bien, vamos a intentar desmontar algunos de estos mitos:
Mito: “Cuando alguien se casa, el consentimiento al acto sexual es parte del contrato matrimonial”.
Realidad: La expresión sexual de amor es una cosa, sexo forzado y brutal es otra. Forzar una relación sexual es SIEMPRE un delito sea quien sea el violador. El matrimonio no autoriza el ejercicio de la violencia sexual en la relación de pareja.
Mito: “La violación matrimonial no es tan grave como la violación por un extraño; es sólo que una no tiene ganas y el otro que insiste… Al fin y al cabo, ya han tenido relaciones con anterioridad ¿Qué importa una vez más?”.
Realidad: La violación matrimonial es tan violenta como degradante y muchas veces, más traumática que la violación por un extraño. Una persona violada por un extraño tiene que vivir con el recuerdo de esa experiencia. Una persona violada por su marido o pareja tiene, además, que vivir con el violador. La confianza y la intimidad de un matrimonio son destruidas cuando quien ha prometido amor y cuidado comete un crimen tan brutal y violento.
Mito: “La violación matrimonial es la palabra de un cónyuge contra la del otro”.
Realidad: La dificultad del proceso no debe ser determinante cuando se ha cometido un crimen. Traición, conspiración, abuso de menores, incluso incesto también son difíciles de probar, pero no obstante son investigados y procesados.
María Ocete
Psicóloga de Generando Igualdad Col.M-25419